Químico y
bacteriólogo francés. Formado en el Liceo de Besançon y en la Escuela Normal
Superior de París, en la que había ingresado en 1843, Louis Pasteur se doctoró
en ciencias por esta última en 1847.
Al
año siguiente, sus trabajos de química y cristalografía le permitieron obtener
unos resultados espectaculares en relación con el problema de la hemiedría de
los cristales de tartratos, en los que demostró que dicha hemiedría está en
relación directa con el sentido de la desviación que sufre la luz polarizada al
atravesar dichas soluciones.
Profesor
de química en la Universidad de Estrasburgo en 1847-1853, Louis Pasteur fue
decano de la Universidad de Lille en 1854; en esta época estudió los problemas
de la irregularidad de la fermentación alcohólica. En 1857 desempeñó el cargo
de director de estudios científicos de la Escuela Normal de París, cuyo
laboratorio dirigió a partir de 1867. Desde su creación en 1888 y hasta su
muerte fue director del Instituto que lleva su nombre.
Las
contribuciones de Pasteur a la ciencia fueron numerosas, y se iniciaron con el
descubrimiento de la isomería óptica (1848) mediante la cristalización del
ácido racémico, del cual obtuvo cristales de dos formas diferentes, en lo que
se considera el trabajo que dio origen a la estereoquímica.
Estudió
también los procesos de fermentación, tanto alcohólica como butírica y láctica,
y demostró que se deben a la presencia de microorganismos y que la eliminación
de éstos anula el fenómeno (pasteurización). Demostró el llamado efecto
Pasteur, según el cual las levaduras tienen la capacidad de reproducirse en
ausencia de oxígeno. Postuló la existencia de los gérmenes y logró demostrarla,
con lo cual rebatió de manera definitiva la antigua teoría de la generación
espontánea.
En
1865 Pasteur descubrió los mecanismos de transmisión de la pebrina, una
enfermedad que afecta a los gusanos de seda y amenazaba con hundir la industria
francesa. Estudió en profundidad el problema y logró determinar que la afección
estaba directamente relacionada con la presencia de unos corpúsculos –descritos
ya por el italiano Cornaglia– que aparecían en la puesta efectuada por las
hembras contaminadas. Como consecuencia de sus trabajos, enunció la llamada
teoría germinal de las enfermedades, según la cual éstas se deben a la
penetración en el cuerpo humano de microorganismos patógenos.
Después de
1870, Louis Pasteur orientó su actividad al estudio de las enfermedades
contagiosas, de las cuales supuso que se debían a gérmenes microbianos
infecciosos que habrían logrado penetrar en el organismo enfermo. En 1881
inició sus estudios acerca del carbunco del ganado lanar, y consiguió preparar
una vacuna de bacterias desactivadas, la primera de la historia.
La
continuación de sus investigaciones le permitió desarrollar la vacuna contra la
rabia, o hidrofobia, cuyo virus combatió con una vacuna lograda mediante
inoculaciones sucesivas en conejos, de las que obtenía extractos menos
virulentos. La efectividad de esta vacuna, su última gran aportación en el
campo de la ciencia, se probó con éxito el 6 de julio de 1885 con el niño
Joseph Meister, que había sido mordido por un perro rabioso y, gracias a la
vacuna, no llegó a desarrollar la hidrofobia. Este éxito espectacular tuvo una
gran resonancia, así como consecuencias de orden práctico para el científico,
quien hasta entonces había trabajado con medios más bien precarios.
El
apoyo popular hizo posible la construcción del Instituto Pasteur, que gozaría a
partir de entonces de un justificado prestigio internacional. En 1882 fue
elegido miembro de la Academia Francesa.
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