jueves, 27 de marzo de 2014

Johannes Kepler (Weil der Stadt, Alemania, 27 de diciembre de 1571 - Ratisbona, Alemania, 15 de noviembre de 1630)



Astrónomo alemán, nacido en Weilderstadt, en Würtemberg.  Estudia teología, astronomía y matemáticas en  el seminario de Tubinga. Posteriormente, deja la teología para dedicarse a la astronomía y las matemáticas y a ejercer la profesión de astrólogo.



Concibe, en una primera fase de su pensamiento condicionada por la  místico-pitagórica-platónica, la posibilidad de una nueva astronomía, cosa que persigue, en un primer momento, por la vía del misterio y de los símbolos. En Mysterium Cosmographicum (1596) utliza las distancias de los planetas al sol para encajar la imagen del mundo en un sistema geométrico que consideraba representativo de la armonía universal: las órbitas de los planetas quedan organizadas de tal manera que cada una de ellas quedaba inscrita en un sólido regular sobre el que quedaba circunscrita la órbita del planeta exterior siguiente:  la esfera de Saturno quedaba circunscrita a un cubo en el que se inscribía la esfera de Júpiter, que circunscribía el tetraedro, etc. Siguiendo este orden: Saturno -Cubo-Júpiter -Tetraedro- Marte -Dodecaedro- Tierra -Icosaedro- Venus -Octaedro- Mercurio.
 Esta obra era la primera aceptación pública y argumentada del sistema de Copérnico, hecha por un astrónomo; partía del supuesto, en su primera parte, de que, puesto que el mundo es perfecto y no existen sino cinco sólidos perfectos, debía haber una relación entre una cosa y otra.

En 1600 se desplazó a Copenhague para entablar contacto con Tycho-Brahe: quería saber hasta que punto concordaban las observaciones precisas del astrónomo danés con su concepción de la armonía del universo. Los resultados de éste los utilizó para determinar el alcance de las teorías propuestas sobre el movimiento de los cuerpos celestes.

Su gran obra de astronomía, Nueva astronomía o Física del cielo (1609), señala el inicio de la astronomía moderna. Presenta las dos primeras leyes (la tercera la publicará en Harmonices Mundi, 1619). Con ellas desaparecen las esferas cristalinas, la idea de movimiento circular; y en su lugar aparece un sistema totalmente nuevo con movimientos elípticos  y  una relación matemática entre las formas de estos movimientos y su velocidad. De esta forma el sistema del universo se encontraba fuertemente organizado por layes matemáticas sencillas y de validez universal.

Al año siguiente puede enterarse de los descubrimientos que Galileo lleva a cabo con su telescopio, y que narra en el Sidereus Nuncius (1610), y acerca de los cuales Galileo le pide la opinión. Sobre estas observaciones escribe Kepler Conversación con el mensajero de las estrellas, como carta a Galileo. En septiembre de este mismo año, gracias al telescopio prestado por un matemático imperial, pudo Kepler contemplar los planetas medíceos. Sobre ello escribió Informe de las observaciones de los cuatro satélites errantes de Júpiter, primer reconocimiento oficial que un astrónomo hacía de los descubrimientos de Galileo.
Dioptrice (1610) es la obra en la que Kepler, completando una obra anterior, Ad  Vitellionem paralipomena (1604), desarrolla correctamente los principios de la óptica geométrica e instrumental, aunque sin llegar a formular la ley de la refracción de la luz. En 1611  escribe Harmonices Mundi  Libri V (1619), obra en que intenta la síntesis final de su visión cosmológica: la armonía -en el más puro sentido pitagórico- total entre la geometría, la música y la astronomía. En ella formula la tercera ley de Kepler.

Publica todavía un comentario al sistema copernicano, con el título de Epitome Astronomiae Copernicanae (1621), y las Tablas Rudolfinas, obra de astronomía práctica, útiles para el astrónomo y el astrólogo y como calendario y guía para la navegación, que según testimonio del propio Kepler estuvo construyendo durante 22 años y que tras numerosas dificultades de impresión logró tener dispuestas para el mercado anual del libro de la Feria de Francfort de 1627. En ellas utiliza muchos de los datos observacionales registrados por Tycho-Brahe. Aún añade a este conjunto de obras Somnium, inacabado y asombroso sueño de un viaje a la Luna.

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