Nació en La Carolina, San Luis. Fue hijo del Luis Lafinur,
de nacionalidad española y de Bibiana Pinedo de Montenegro, nacida en Córdoba
del Tucumán, quienes se radicaron en esa localidad puntana para dedicarse a la
minería. Años más tarde, como consecuencia de las invasiones inglesas a la
Argentina, la familia se radicó en Córdoba.
Una vez en Córdoba,
la familia lo anotó en el Colegio de Monserrat y posteriormente se inscribió en
la Universidad de esa ciudad. Lafinur obtuvo diplomas
de bachiller, licenciado y maestro de artes. Pero fue expulsado de la
Universidad en 1814 por su mal carácter y por su oposición a la política de la Logia Lautaro. Logró cursar tres grados:
bachiller, licenciado y maestro de Artes (filosofía) y le quedaron pendientes
los cursos de Teología.
Se trasladó a Tucumán,
donde se incorporó al Ejército del Norte, y estudió para oficial
artillero en la Academia de Matemáticas fundada por el general Belgrano. Permaneció hasta 1818, año en que
solicitó el retiro1
Según Alejandro Korn,
A esta escuela castrense atribuía agradecido su desarrollo
intelectual y allí cobró intenso afecto al hombre cuya memoria anima sus cantos
mejor sentidos. ¿Pero, dónde este joven de pocos años, formado en el medio
arribeño, había adquirido sus ideas filosóficas? Probablemente fue su maestro
aquel extraño aventurero, el titulado General Dauxion Lavaysse, agregado al
Ejército del Norte y encargado de la academia militar.
Una vez que abandono su carrera militar
se trasladó Buenos Aires y
se anotó en la Sociedad para el fomento del Buen Gusto en el Teatro, creada con
el apoyo de Pueyrredón.1Allí escribió música como
acompañamiento del actor Morente en sus actuaciones en el teatro y en ese mismo
lugar entablo relación con Camilo Henriquez en el Censor y en el Curioso y con
Pedro Feliciano de Cavia en El Americano. Predicó siempre a favor de la
democracia del país.
Narra Alejandro Korn que en
…el colegio de la Unión del Sur, que vino a reemplazar al
extinguido colegio de San Carlos, Pueyrredón, a quien honra esta iniciativa, lo
confió a la dirección del doctor Achega, sacerdote de estrecho criterio
dogmático y al mismo tiempo, por primera vez en la historia de nuestra
enseñanza, encomendó la cátedra de filosofía a un joven laico, que carecía de
todo título universitario, a Crisóstomo Lafinur.
Por primera vez, ese curso no se dictó
en latín ni fue de orientación religiosa, y su profesor iba vestido de calle,
no con la toga universitaria. Sus ideas y métodos mezclaban elementos de escolasticismo, especialmente en cuanto a
lógica y metafísica, y de ideología iluminista.
Resumiendo los cursos que dictaba,
escribió su "Curso filosófico". Ante la oposición de los sectores
clericales, contestó con el discurso titulado "Las ciencias no han
corrompido las costumbres ni empeorado al hombre", que fue publicado en la
prensa. Igualmente, debió renunciar.
En 1820 se instaló en Mendoza, donde dictó clases de filosofía,
elocuencia, francés, economía, literatura y música en el Colegio de la
Trinidad. También dirigió el periódico oficialista. Pero sus luchas por la
reforma de la enseñanza y su alianza con los unitarios lo llevaron a un
enfrentamiento con el Cabildo mendocino, que en 1822 lo exoneró.
Se trasladó a Santiago de Chile, donde estudió derecho civil
en la Universidad y abrió un estudio de abogado; también escribió en varios
periódicos y publicó algunas poesías de carácter histórico.
Murió en Santiago de Chile en agosto de 1824,
debido a las heridas recibidas en una caída de su caballo; tenía sólo 26 años.
"El poeta romántico de nuestra
época clásica" -lo llamó don Juan María
Gutiérrez - ya que
Lafinur, además de sus poemas civiles, patrióticos, escribió poesía amatoria.
El valor de Lafinur está en su obra de profesor, suscitador de inquietudes
filosóficas, animador de rebeldes grupos juveniles. Era, evidentemente, un
temperamento revolucionario.
No hay comentarios:
Publicar un comentario